María esconde una cámara oculta para darle un escarmiento al baboso repartidor de barrio, el típico tío casado que babosea y soba a todas las chicas. Para ello llama a Cristina, a la cual el repartidor no concoce, y le propone que se lo folle para luego amenzarlo con enseñarle el vídeo a su mujer. La trampa dio buenos resultados. Ver vídeo aquí.
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